jueves, 25 de diciembre de 2008


Aún recuerdo haberme levantado con los ojos cubiertos de una extraña retina seca, con una frágil dureza bajo los ojos, esa sensación de no acordarme de nada y esa otra de despertarme poco a poco de un mundo de esos en los que te gustaría vivir permanentemente- después de todo había llegado a ese punto de madurez en el que te das cuenta de que las cosas ocurren en tí a causa de hormonas, pero no la suficiente como para aceptar razones obvias para otros que debes fingir que no comprendes.

quizás la única razón que me lleva a fingir es la soledad que siento en estos momentos de supuesta felicidad para todos. ¡Feliz pseudonavidad! (quizás, quizás, quizás)

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